martes, 14 de diciembre de 2010

P. VALENTIN VIGUERA, SDB Asistente General de la Orden de la Visitación, hermanas de clausura.

El año pasado estuvo por nuestras tierras caribeñas el P. Valentín Viguera, “asistente general” de las monjas de clausura de la Visitación fundadas hace 400 añs por San Francisco de Sales, Santo en el cual se inspira Don Bosco para fundar la Congregación Salesiana. Con relación a tal acontecimieto accedió a concedernos desde la casa Generalicia de Roma una entrevista para el Boletín Salesiano.

B.S.- Háblenos un poco de la Orden de la Visitación

Por lo pronto le diré que son monjas de clausura y que han celebrado este año los cuatrocientos años de fundación. Dicho esto, comprenderá que se parecen poco a los salesianos o a las salesianas, que somos de vida activa y que acabamos de celebrar 150 años de fundación.

Las visitandinas fueron fundadas por S. Francisco de Sales y Sta. Juana Francisca de Chantal, en Annecy (Francia). Francisco de Sales era de noble familia y obispo y la baronesa de Chantal era madre de cuatro hijos y viuda.

Esta Orden está establecida un poco en el mundo entero pero no se puede comparar a la familia salesiana con tantísimas casas y tantos religiosos y religiosas. No obstante hay 160 monasterios, 56 de los cuales en América y precisamente dos en la República Dominicana: La Enea en Higuey y Puerto Plata.

B.S.- Quién es el responsable de elegir al visitador de las Hermanas de la Visitación y por qué un salesiano?

Las monjas son autónomas y no tienen una superiora general ni depende de ninguna congragación masculina. Por eso la Santa Sede nombra un “asistente general” para que actúe como intermediario entre el Vaticano y la Orden así como entre los distintos monasterios de la Visitación. En los últimos 20 o 30 años han sido siempre padres Jesuitas. Por primera vez, en el año 2006, ha sido nombrado un salesiano.

B.S.- Por qué cree usted que fue elegido para ser el visitador de una orden de clausura?

La Santa Sede se dirige al Rector Mayor de los salesianos y es éste es el que propone una persona al Vaticano que lo nombra libremente. ¿por qué yo? No sabría responder. Es verdad que yo había escrito diversos libros sobre San Francisco de Sales, conozco bien sus obras y he sido confesor del monasterio de Sevilla en España. ¿Es esto suficiente? No soy el único. El Rector Mayor podría haber presentado otros nombres pero, sin hacer muchos análisis, digamos que esta ha sido la voluntad de Dios. Uno de los lemas propios de San Francisco de Sales es “nada pedir y nada rechazar”. Y puesto que yo no lo pedí, tampoco lo he rechazado: he visto en ello la voluntad de Dios, y eso es suficiente.

B.S.- Cuál es el trabajo que Ud. desempeña siendo visitador de las Hermanas?

El nombramiento dice “asistente”, es decir, no el superior, sino el que acompaña. Es el Padre que acompaña la vida de los distintos monasterios y de las Hermanas, que hace de lazo de trasmisión entre cada monasterio y el Vaticano, y viceversa. Esto no significa que los monasterios no tengan acceso directo al Vaticano, ni mucho menos. Yo les “asisto”. Visito los monasterios, presido las asambleas federales -19 en total- trato de ayudarles en la medida de mis posibilidades etc. Lo más importante es estar cercano.

B.S.- Cómo se siente usted realizando este servicio a la Iglesia?

En mi larga vida salesiana he servido siempre a la Iglesia, ya sea en el servicio propio de la Congregación, ya sea en servicios en estructuras diocesanas: he sido párroco, arcipreste, Vicario General, director espiritual de seminario diocesano, profesor de teología en centro interdiocesano etc. Lo importante es ser útil en el servicio que la Iglesia te pida. ¿Cómo me siento? Pues muy bien, muy a gusto, haciendo cada día lo que el Señor me pide. Uno se siente a gusto cuando hace lo que le gusta: pues ese es mi caso, me gusta servir a la Iglesia en lo que ella me pida.

B.S.- Cuáles son los retos más importantes que tiene que afrontar siendo encargado de visitar tanto monasterios a nivel mundial?

No muchos. Digamos que el primero es el idioma. En la mayoría de los casos no encuentro problema ya que puedo hablar directamente con 130 monasterios en su propia lengua. Me quedan unos 30 de idiomas bastantes dificiles en los que necesito traductor. En estos casos se resuelve la comunicación elemental de conferencias y encuentros comunitarios. Pero se pierde el diálogo personal, la intimidad, la comprensión de algunos problemas propios de la cultura etc.

Por lo demás, pocos o ningún problema: clima, horario, comidas etc. no cuentan. El resto, a pesar de las grandes diferencias culturales, es como un salesiano en cualquier parte del mundo: siempre se encuentra en su casa porque el modelo de vida salesiana sigue siendo Valdocco. Algo así ocurre en la visitación: se vive como en Annecy en tiempos de San Franciscio de Sales.

B.S.- Cómo están las vocaciones en la Orden de las Hermanas de la Visitación?

No es muy diferente a la situación de toda la Iglesia. En pocas palabras se pueden decir que el viejo continente europeo es cada día más viejo: muchas Hermanas mayores y muy pocas vocaciones. América, en general, representa hoy el punto medio de la Iglesia: hay vocaciones y algunos monasterios ayudan a otros más debilitados de Europa. Este año se ha fundado un monasterio en la República de El Salvador y otro en Colombia. Ha sido también Colombia quien ha fundado incluso en Corea. El futuro inmediato se encuentra en Africa y Oriente: muchas vocaciones, un deseo ardiente de consagrarse a Dios y de expandirse en esos vastos continentes. Ahora estamos estudiando nuevas fundaciones en Africa y extremo Oriente.

B.S.- Durante su visita a Las Antillas, ¿cuál fue su impresión con la visita a los monasterios que existen en nuetro país? ¿existen otros en Cuba y Puerto Rico?

Creo que fue en el año 78 cuando visité la obra salesiana de este País: prediqué ejercicios espirituales a salesianos, salesianas, cooperadores etc.. Cuando volví hace unos años, encontré bastante cambiado el país, más desarrollo, más bienestar etc.

Los monasterios son una delicia. Ni que decir tiene que nuestras Hermanas viven con dificultades económicas: los dos monasterios se están construyendo poco a poco y, para eso, hace falta mucha plata. Trabajan mucho y viven entregadas a la oración: ora et labora es el clásico lema de la vida monacal. Pero vivven con gran alegría su consagración a Dios y su vida contemplativa.

Por el momento no hay monasterios ni en Puerto Rico ni en Cuba. ¿los habrá algún día? ... ¿Y por qué no?... Dejemos que sea Dios quien lo decida, seguro que no se equivoca.

B.S.- Otras ideas que quiera comunicar acerca de su papel como visitador de las Hermanas

Dado que acabamos de celebrar el IV centenario de la fundación, le diré que ha sido un año de acción de gracias al Señor y un año de bendiciones. Externamente se ha celebrado una multitud de actos en casi todos los países: destacaría, por ejemplo, el de Annecy y el de Paris, éste último en la catedral de Notre Dame, llena de fieles, y bajo la presidencia del cardenal y diversos obispos. Pero así se ha celebrado en muchos lugares.

Una de las cosas más entrañables tal vez haya sido que, durante este año, las monjas de la visitación desarrollan su vida contemplativa en el minúsculo monasterio del Vaticano. También han vivido un año jubilar y, recientemente, han recibido una carta personal del papa Benedicto XVI.

Las Hermanas procuran estar al día a la hora de la comunicación. Hay en distintos países sitios y páginas Web que hablan de la vida de los monasterios, de la vocación, de los fundadores y, en definitiva, de los valores de una vida trascendente y de una llamada a la santidad hecha por Dios para todos los bautizados. De manera muy particular difunden la devoción al Corazón de Jesús. Durante el año las Hermanas han renovado su fidelidad a los santos Fundadores, han profundizado en el estudio de sus obras –y también han difundido sus libros- pero, sobre todo, han visto que han llegado nuevas vocaciones a sus monasterios. Es toda una experiencia de vida y de santidad.

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