Druzhznier Mulet, sdb
Que el amor de Dios esté siempre con todos ustedes.
A más año de mi arribo a la Patagonia, Argentina, se puede decir que el trabajo misionero en la región es para cristianos de acero. Con la fusión de cinco Inspectoría a dos, la labor se hace más intensa que antes. Los inspectores y los consejos de ambas regiones han diseñado un plan estratégico para poder llegar a toda la Familia Salesiana. Mi llegada el 28 de octubre 2009, con destino a la ciudad de Trelew, provincia Chubut, fue un hecho que marcó mi vida como consagrado. Tres meses estuve viviendo y compartiendo la idiosincrasia de la zona. Esto me dió pautas para hacerme una idea del trabajo que iba a desempeñar entre la gente de esta ciudad.
El roce con los chicos de la parroquia y los Exploradores de Don Bosco me ayudó al proceso de inculturación. Cosas que me impactaron a gran escala, fue en primer lugar el clima, en segundo lugar el idioma, ya que, variaba según la región donde habitaras. Y en tercer lugar la historia; no podía creer que los salesianos de Don Bosco tuvieran tanto que ver con la formación y evangelización de una región como ésta. En Marzo del 2010, paso a la comunidad de Villa Regina, provincia de Rio Negro. Fue un choque total, ya que no esperaba el cambio, pensé estar en Trelew un año como lo estima las constituciones; según el proceso formativo del tirocinio; que es la etapa que estoy llevando a cabo.
De nuevo tuve que comenzar el proceso de adaptación, mirar y escuchar. Todo fue un giro de 180 grados. Puedo decir que el clima de una región a otra variaba en su totalidad. En un lugar (Trelew), era muy desértico, mucho viento y frío extremo, en otro, (Regina) todo verde y muy fresco. Las características de las personas y del trabajo salesiano, también variaban en su conjunto, práctico y teórico.
Ya en Villa Regina, a mi llegada tenía una base, de todo lo aprendido en mi primera comunidad (Trelew). Podía entender, muchas cosas que antes no entendía. Ahora bien, puedo decir que la nueva labor hecha en Regina en los hogares (De los chicos y chicas), en los colegios (Nuestra Señora del Rosario), (Don Bosco), los talleres (Mamá Margarita), y exploradores, me han ayudado a meterme más en el carisma salesiano.
Cada vez que pasa más el tiempo me percato de las cosas, y según por los hechos que a diario veo, - digo, seguir y vivir como Jesús al estilo salesiano cuesta, pero creo que vale la pena invertir esfuerzo y dedicación en jóvenes que necesitan ver a Dios en lo cotidiano y llevar el carisma salesiano hasta las últimas consecuencias. La santidad como modelo de vida en los jóvenes es posible, solo está el replanteárselo y llevarlo a lo concreto de nuestras vidas. Mientras hayan jóvenes con ganas de amar a Dios y a la Virgen, habrá salesianos para siempre.
Gracias Señor, por permitirme ver cosas que antes no veía, le has revelado estas cosas a las personas que muchas veces no somos entendidos en cuestiones intelectuales, pero sin embargo somos capaces de verte en la vida diaria. Me has permitido tener esta intimidad contigo a través del carisma salesiano. Nunca pensé ser lo que soy, salir de una Isla en Cuba (Cayo Granma, lugar de nacimiento), para llevar tu Reino, donde los hombres necesiten tus palabras, necesiten mil ganas de vivir.
He venido a servir, no hacer servido, es mi propósito en la vida. De que me cuesta, eso lo sé, pero tengo la fe y la esperanza de que todo lo que hacemos en el universo tiene lógica. Nada sucede al azar, Dios y María nos acompañan en todas las cosas que realizamos a diario. De que algunos los vemos más que otros es verdad, Ellos en el cielo siempre ruegan por nuestra vocación a la Santidad.
Ya han pasado ocho años desde que comencé en la casa de formación en Santiago de Cuba. Y muchos fueron los momentos alegres y tristes que viví. Pero por todo ello doy gracias, porque en todo ese tiempo aprendí cosas que en el momento no podía entender pero luego si las visualisé bien claras. Muchas han sido las personas que me han formado y lo siguen haciendo, este camino que hacemos es de una formación permanente que nunca termina, solo cuando dejamos de respirar.
Ya llevo un año y algo más en las misiones, Dios sabrá qué quiere de mí, ojalá haya personas que también quieran dejar todo para seguir a Cristo hasta las últimas consecuencias. Tú que lees esto atrévete a decir que sí a Dios, y ya verás lo que juntos pueden hacer. Ánimo anímate qué esperas..
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