Por: Aimée Rosa.
Nunca imaginé verme en la necesidad ni periodística, ni humana, ni ciudadana, ni juvenil, ni interna, de escribir dos líneas sobre una realidad tan polémica, ´´requete´´ tratada y quemada como el desayuno escolar, pero dicen, creo y confío, en que la solución a los problemas se comienza encarándolos.
Iniciemos el encuentro dejando claro que de desayuno escolar estamos más que satisfechos. No es ni la primera ni la última vez que escuchamos demandas de que la leche estaba vencida, de que si es leche o no –se ha hablado hasta de suero y mezclas que lo que menos tienen es leche-, de que si los panes parecían ´´peñones´´ -de tan concretos-, de que si son bizcochitos o arepas que les dan, que si se los comen los profesores y no los niños… en fin, se trata de más que la primera comida dada por el gobierno a las escuelas públicas, algo así como una novela que cada vez se pone más buena, por no decir deprimente, cuyo desenlace el director aun no lo ha escrito (no sabemos en qué parará este asunto.
Llegó la pregunta, ¿la leche que se lleva al consumidor de colmados, supermercados y tiendas similares, no se supone es la misma que se destina al desayuno de los estudiantes de instituciones educativas públicas? Si es así, ¿Por qué a nosotros los ´´civiles´´ (los que no conformamos el público docente de escuelas públicas) no ésta (la leche) nos hace daño? Los casos de intoxicación siempre se da en los niños de las escuelas públicas a nivel local y en el interior, ¡Que irónico no? ¡Qué coincidencia que solamente la leche que se consume en los liceos y escuelas es justamente la que proporciona problemas y específicamente no todas las que la empresa de lácteos distribuye… ¿No será que una mano trasera toma partido para difamar a un nombre, negocio o marca de poder, alterando el producto que llega a las casas educativas justo antes de ingerirlo? ¿Está meramente el déficit en la fabricación, distribución o mal sistema de almacenaje en las escuelas como se ha querido demostrar y no por el arbitraje de alguien que nada suma, sino que resta?
En torno a este punto gira tu último espacio En la mira de este 2010, en torno al deseo funesto y viral que se ha venido propagando por hundir al otro; en torno a lo plácidos que nos sentimos sabiendo que el otro puede estar en problemas; en las artimañas que somos capaces de inventar para que el de al lado no progrese; en lo mal que nos sentimos si un conocido gana más que uno; en lo expuestos que nos ponemos a ser invadidos por un envidia enfermiza; en lo siempre abiertos a sembrar cizaña que estamos; en lo capaces de dañar a terceras personas con tal de salirnos con la nuestra. ¡Cómo es posible que un ser humano, supuestamente capaz de sentir, pensar y reproducirse (porque si tiene hijos debe dolerle), incurra en la estupenda idea de por difamar y malversar el nombre de alguien, pasarle por encima y pisotear a inocentes que nada tienen que ver con el negocio, los problemas, diferencias e intereses de adultos! ¡Hasta cuando poner en riesgo a C y a D (y hasta a Z), si A y B son los protagonistas del asunto!
Desde allá arriba, este panorama debe ser aun peor. Viendo en primera fila, papa Dios, quien sin duda sabía que esto acontecería, solloza viendo cómo a su paraíso se le están cayendo los frutos, cómo a sus árboles los cortamos de raíz. Si desde aquí abajo a muchos nos lastima, desde lo alto, debe ser una saga de terror.
Se cierra el año y con él muchas experiencias tétricas, todas matizadas por el abono de la vida, esas vivencias que como seres humanos nos hacen crecer y nos salpican con las luces de la sonrisa dulce de un niño inocente. Con el año hay logros y pérdidas; en 365 días hay desde oportunidades hasta fracasos; en cada 24 horas lágrimas y carcajadas, de todas esas, una perdura, este placer, el que me das, el que me has regalado, el que nunca olvidaré, justo este, el de escribirte...
Que en cada minuto de vida haya un sentido que la motive a continuar. No permitas que nada ni nadie unte de desgano tus virtudes. Como regalo de Dios (que eres) no hay razones por las cuales desmayar. Si siempre puede ser peor, entonces acostúmbrense a estar claros de que todo lo que acontece es la pura voluntad divina, y como voluntad de Dios, es lo mejor que pudo haber pasado.
Ni desayunos, ni almuerzos, ni cenas, ni escolares, universitarios, ni laborales, pueden satisfacernos como las realidades nacionales que sí admiten un poco más de conciencia ciudadana. Esmérate en invertir los atributos que se te fueron otorgados en las ganas inmensas que anhela tu Quisqueya de un diarismo basado en valores y no tan alejado a ellos. Mientras puedas abrir los ojos cada mañana sin la necesidad de arrepentirte de algo o tener que disculparte (porque ya lo hiciste), pues sonríe, ya eres uno de los que marca la diferencia.
Con un año nuevo, intenta cambiar todo por algo mejor, menos a mí por favor, pues si me faltas, mi respiración extrañaría uno de sus sentidos preciados, tú.
Gracias por este 2010, acompáñame en 2011, no sin antes regalarte un pesebre, acomódalo para que en unos días, llegue el invitado que lo ocupa.
¡Hasta el año que viene!
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