miércoles, 20 de octubre de 2010

Beato Ceferino Namuncurá Chimpay, Río Negro, Argentina


A principios del año 2007, la Congregación Salesiana irradió la gran noticia de la beatificación de Ceferino Namuncurá. No se trataba de ver llegar a los altares a un joven judío de la tierra de Jesús, o a un europeo, o incluso a un joven de América Latina que nació en la fe cristiana. Se trataba de un hijo del cacique Manuel Namuncurá, del pueblo mapuche, esparcido por el sur de Chile y de Argentina. Ceferino establece un puente entre los valores de su raza y los valores de la nueva civilización. La generosidad de su raza, presente en Ceferino, es terreno propicio para la expansión del Evangelio. Su santidad ahonda en la Redención de Jesús que todo lo transforma con la santidad de Dios.

La declaración, por parte de Roma, de un jovencito proveniente de pueblos originarios, se volvió para el mundo un verdadero aleluya continental. El sistema preventivo de Don Bosco adquiría así, garantías insospechadas de validez para trabajar por la redención humana y divina de la juventud de todos los tiempos y de todas las razas.

Mi participación en el año 2007 de la beatificación de Ceferino desde una región tan remota como es el mar Caribe, no fue sólo para oír la declaración de “beato” de este joven mapuche. Dentro de este excepcional acontecimiento, mi intención era captar la alegría de la fe de todos esos grupos de peregrinos, que iban llegando desde Chile, Bolivia, Paraguay, Uruguay y de toda Argentina. Aquello era todo un espectáculo celestial, semejante a las multitudes que seguían a Jesús, sedientas de su Palabra. Los cantos, los vivas, los grandes sacrificios de todos esos peregrinos calentaba el ambiente y fortalecía la fe. El sábado 10 de Noviembre del 2007, la temperatura bajó a cero grado centígrado, y al aire libre amanecieron unas 25 mil personas, incluyendo un gran número de sacerdotes que acompañaban a sus hijos en la fe.

Ceferino Namuncurá nació en Chimpay, Río Negro, Argentina, el 26 de Agosto de 1886. Como un adolescente apasionado salió de su pueblo mapuche para estudiar en Buenos Aires con el firme propósito de ayudar a su gente. Se enfermó en Buenos Aires, lo llevaron a Viedma y luego a Roma, y la enfermedad siguió minando su cuerpo, y el 11 de Mayo del 1905 murió en Roma, llegando a penas a los 19 años de edad.

Ese joven, el 11 de Noviembre del año 2007, reunía en Chimpay, en un parque convertido en lugar de oración, al vicepresidente de Argentina, tres cardenales, 40 obispos, cerca de 400 sacerdotes, y toda una multitud de más de 120 mil personas, llegadas allí tras un enorme sacrificio. ¿Qué hizo Ceferino para convertirse en ídolo de toda Argentina, de Chile y de todo el Cono Sur? Simplemente, encontró a Jesucristo, lo amó con locura, y le ofreció toda su vida, esa vida rica de joven apasionado por las cosas grandes, para que Jesús bendijera su raza, su pueblo, su tierra y toda su nación. Él le mostró al mundo, que las grandes victorias de esta vida no están en la flecha india bien dirigida, ni en las cuentas bancarias bien manejadas, ni en los muchos placeres bien disfrutados, sino en el encuentro de la fe y del amor a Jesucristo, aún siendo vividos en el lecho del dolor.

Desafío de un camino de fe para adolescentes y jóvenes.

En este segundo viaje a Chimpay, he tenido la oportunidad de visitar el parque Ceferino de Chimpay, la obra salesiana de Junín de los Andes, el nuevo monumento o cultrum a los restos de Ceferino en San Ignacio, y los lugares donde se venera a la beata Laura Vicuña en Junín de los Andes. Es una gran oportunidad que tiene toda esta zona sur de Argentina al poder presentar en Laura Vicuña, una niña de 12 años, y en Ceferino, un jovencito que muere a los 19 años de edad, dos modelos de santidad para niños y jóvenes de hoy. Laura que representa el modelo ordinario de fe de Europa y de Hispanoamérica, y Ceferino que emerge grandioso desde la cultura religiosa mapuche, y se remonta a un peldaño muy alto de la santidad cristiana, como es el hecho de estar inscrito en el libro de los beatos cristianos. Ambos se nos presentan como modelos de aquellos que siguen a Jesucristo con la heroicidad de las virtudes, a través de una larga enfermedad, vivida en la perspectiva de la fe y de la aceptación de la voluntad de Dios.

Proyecto: Restos en San Ignacio.

Hasta el año 2009, los restos de Ceferino estuvieron en la obra salesiana de Fortín Mercedes en la provincia de Viedma, Argentina. Los descendientes de aquellos pueblos originarios a los que perteneció Manuel Namuncurá y su hijo Ceferino, no habían dado muestras de interés por los restos de este jovencito en proceso de beatificación. La devoción a Ceferino era algo más bien privado de la Familia Salesiana y de aquellos que siguen el espíritu de Don Bosco. Pero la beatificación de Ceferino el 11 de Noviembre del 2007 fue una verdadera explosión espiritual en toda Argentina, y tocó fuertemente la raíz y el espíritu de su (El Cultrúm con los restos de Ceferino) pueblo mapuche.

A partir de esa fecha, los descendientes de la familia de Ceferino solicitaron los restos de su beato, y la Congregación Salesiana se los entregó. El 14 de Agosto del 2009 los restos del beato Ceferino fueron trasladados al poblado de San Ignacio, en la región de los Andes, a 60 kilómetros de Junín de los Andes, y a 1200 kilómetros de Fortín Mercedes. La municipalidad de Junín cubrió los gastos de los trabajos.

Elevamos una oración para que todas las personas que intervienen en el nuevo lugar de los restos de Ceferino puedan unirse en la causa de la devoción a este beato mapuche, devoción que no es a Ceferino, sino culto a Dios, imitando la grandeza de la fe de Ceferino. Laura Vicuña y Ceferino Namuncurá, como dos montañas de nieve pura y limpia que tocan el cielo, invitan a todos a mezclar la generosidad de la Patagonia y de toda Argentina con la gratuidad de Dios, y así abrir un camino de luz y de esperanza para todos aquellos que necesitan de algún apoyo en su camino.

Además de la unidad de todos los que trabajan en ese proyecto “Ceferino Namuncurá” que se ha vuelto un guía y una luz para llegar a Jesucristo, necesitamos de un gran milagro por parte de Ceferino, un milagro que caliente la fe de toda Argentina y de nuestra Latinoamérica, para que Ceferino, unido a la mano de Jesucristo, derrame, día a día, miles de bendiciones y milagros, y los hombres y mujeres de fe puedan ver en Chimpay y en San Ignacio una verdadera zarza ardiendo, donde vibra la presencia de Dios.

No olvidemos que Ceferino es fruto de una tierra generosa, la Patagonia, y que de esa generosidad forma parte todo su pueblo, la República Argentina. En una de esas tardes que pasé en Chimpay, tardes cargadas de silencio, frío y oración, al meditar en lo que bien que tantas personas me han tratado, gente buena que ni siquiera me conoce, escribí en mi pequeña agenda personal: El pueblo argentino sabe querer al peregrino. Son profesionales en la hospitalidad. Su amor sabe a tierra virgen y hogar caliente.

Gracias, beato Ceferino, por mostrarnos la bondad de Dios, y un camino seguro de esperanza que conduce a la luz.

LOS GRUPOS ARTÍSTICOS CULTURALES EN EL CLIMA DE CENTRO


Los vaivenes del destino me llevaron hace unos pocos años a una Escuela Técnica Española, que por cierto, aspiraba por aquel entonces a conseguir la calificación de Calidad en aquella Comunidad Autónoma Española (es decir, en el Gobierno Local).

Y efectivamente, se notaban los esfuerzos: Varias reuniones semanales del equipo coordinador de procesos con un experto, reuniones semanales con el profesorado en general y por áreas, los procesos habían sido muy bien definidos (la sala de reuniones del Equipo coordinador tenía unos anaqueles llenos de unas vistosas carpetas azules donde quedaban reflejadas las acciones de cada coordinador y sus equipos…). Y ciertamente, desde que uno entraba en la portería del centro, se veía organización, sistematicidad, información adecuada, medidas de seguridad (extintores en cada área, rampas de acceso para discapacitados, cámaras de seguridad en algunas areas…), unas aulas impecables, limpias, pintadas y muy cuidadas por un servicio de limpieza realizado por una Tecnico-profesional harían crecer los “colmillos” de envidia a cualquiera de nuestros equipos de profesores de Taller en nuestra Latinoamérica. Y la institución funcionaba con un régimen de enseñanza “concertada” (subvencionada por el gobierno local) que aseguraba a los padres unos costos no demasiado altos.

Me imagino que cualquiera que esté leyendo este artículo hubiera deseado una institución así para sus hijos. Y sin embargo, aquel centro olía hacía tiempo a “cadaverina”.

Dentro de todo aquel complejo la ausencia de vida se hacía patente desde la toma en contacto con las personas en el Centro: alumnos muy mal presentados, desgreñados, de mirada torva y en ocasiones altiva, solitarios, ensimismados con sus equipos electrónicos (que algunos se resistían a abandonar incluso en el aula), que nunca saludaban a profesores (y en muchos casos ni a sus compañeros), con aretes en sus orejas y pircings en orejas, nariz o lengua y repliegue del mentón. Era triste verlos en invierno avanzar por los pasillos enfundados en sus abrigos cargando sus mochilas y con las manos en los bolsillos embebidos en su música preferida escuchada con sus inseparables audífonos.

Autoridades educativas distantes, procesos académicos despersonalizados, clases impartidas con una invariable y clásica frontalidad, un equipo de Psicologia y Orientacion activo e ilusionado pero insuficiente, sindicatos de profesores más preocupados de sus nóminas que de la calidad de la educación y de la vida de sus alumnos. Me imagino que dentro de poco una gélida losa pondrá -R.I.P- Y podríamos añadir en ella: - Aquí yace un centro Educativo en el que sus gestores se preocuparon por la calidad del servicio, pero nada del Clima Educativo.

Por giros inesperados de la vida, caí en otro centro educativo, también escuela técnica: esta es más humilde, no tiene aún bien gestionados los procesos de calidad, pero se percibe un esfuerzo por la puntualidad, el orden, cierta sistematicidad, limpieza. Y es un centro donde los alumnos sonríen, saludan a sus profesores, juegan en los recesos en las canchas donde se mezclan algunos profesores con buena forma física. Las autoridades educativas son cercanas, están con ellos por los pasillos y corredores, las puertas de sus despachos siempre están abiertas para sus alumnos.

Me impresionó desde el principio cómo los alumnos se involucraban en presentar iniciativas a la Dirección del Centro y a alguna de las subdirecciones. Y en muchos casos son los alumnos los que asumen algunas tareas del ritmo diario de la institución con generosidad, desinterés, y como si se tratase de algo que les sale de dentro con toda naturalidad: Un grupo que en público hace la lectura diaria de la Palabra para sus compañeros, otro que se preocupa de la megafonía, otro que entona el Himno Nacional, otros que aportan noticias y avisos importantes para la semana o el día que se inicia, en otros momentos del día grupos que a portan sugerencias para lo deportivo, para las carteleras de los pasillos, para la página del Internet, sugerencias para introducir algún evento no previsto en la agenda del curso…sobre todo en lo Artístico-Cultural: un coro que se reúne semanalmente, un grupo de baile, clubes por “hobbies” personales o por inquietudes sociales, artísticas, deportivas…

Mi asombro llegó a la estupefacción, cuando se propuso al alumnado, en coordinación con el profesorado, dedicar un rato de la tarde para los grupos de formación Artístico-Cultural en un proceso giratorio alternado por semanas (una semana el lunes pm., otro el martes y así sucesivamente. Esto creo unas expectativas que yo nunca hubiera imaginado. Llego el día en que espontáneamente todos debían apuntarse en algún grupo ofertado previamente, al frente del cual estaría un profesor del plantel: grupo de guitarra, de piano, de baile (salsa), de Historia del Arte, de Canto, de Karate, de Basquet, de cocina…esto sucedía al final de un día normal de clases: el espectáculo era impresionante y me arrepiento de no haberlo fotografiado. El interés suscitado y el grado de motivación hacían del momento algo espectacular-

Y llego el primer encuentro: previamente se había expuesto en carteleras los diversos espacios asignados a cada grupo; ese día si pase sacando fotografías por cada uno de ellos. Todos los alumnos en cada grupo estaban activos, participando, interactuando con el Profesor en aquel grupo que habían elegido. Y los siguientes días fui preguntando en los pasillos a los alumnos sobre la experiencia vivida…!Estaba n encantados y sumamente motivados! Y ya estaban pensando qué otro grupo iban a escoger en el siguiente semestre. También pregunté a los profesores y sus respuestas eran acompañadas de rostros con muestras de alegría y satisfacción.

Ciertamente veo el listón en un punto muy elevado y me pregunto si seremos capaces de mantener tan al tas expectativas. Pensándolo bien ¿no es este precisamente uno de los retos de una enseñanza de calidad? ¿No es la satisfacción de nuestros usuarios (alumnos y padres de alumnos) el reto permanente de toda institución educativa de calidad? Yo creo que no tenemos el “queso” (parafraseando lo escrito por Spencer Johnson)…!pero creo que lo estamos buscando bien!

Lo señala el Rector Mayor de los Salesianos en uno de sus últimos escritos al hablar de la Educación Técnico Profesional y refiriéndose a la formación integral de los jóvenes: ”Hoy no es suficiente una buena preparación técnica y profesional, sino que, cada vez más, se requieren personas capaces de pensar de manera autónoma, intelectualmente curiosas y dotadas de sentido crítico; personas capaces de entablar relaciones positivas, estables y eficaces, de promover la colaboración en proyectos comunes; capaces de gestionar y resolver los conflictos, de afrontar los cambios con fantasía y creatividad. Esta exigencia es muy sentida también por los mismos jóvenes, que desearían una atención mayor de los educadores a su vida. Por esto es importante promover momentos y procesos de comunicación y de relación entre profesores y alumnos....” (P. Chávez, “La Pastoral Juvenil Salesiana -'La Formación Prof. y la preparación para el trabajo'- Abril 2010).

Es ahí donde la programación seria y cuidada de una actuación educativa a través de los Grupos Artistico-culturales ofrece unas oportunidades inmejorables para que los Educadores y Educandos encuentren un espacio distendido para interactuar en aquellas actividades que les gustan y los identifican, aportando sinergias existentes en toda persona con alta motivación, que ayudan a conocerse, quererse y respetarse.

Leía hace poco un artículo donde se indicaba: “la generación de un compromiso organizativo no es fruto de cambios sólo estructurales ni un asunto de voluntad individual, tampoco es un suceso específico, sino que es resultado de un largo proceso en que el conjunto de sus miembros se van implicando en dinámicas de trabajo que capacitan al centro para autorrenovarse, y, cuando -por suerte- logran institucionalizarse, llegan a formar parte de la cultura organizativa del centro” (Bolívar,A. 1993).

!Larga vida a la Educación Motivadora...y no me traigan ejemplos educativos de aquellos viejos cementerios!...