martes, 14 de diciembre de 2010

VISITA DEL MINISTRO DE CULTURA DE LA REPÚBLICA DOMINICANA A VALDOCCO

TURIN, Italia.- El Ministro de Cultura de la República Dominicana, José Rafael Lantigua, realizó una visita especial a los lugares de origen de la orden de los salesianos, en esta ciudad italiana, rindiendo homenaje de esta manera a la obra fundada por San Juan Bosco, en 1859, de la que se cumplieron ya 150 años.

Lantigua visitó, en compañía de su esposa, Miguelina Hernández de Lantigua, la Basílica de María Auxiliadora, templo construído por Don Bosco, así como las diferentes dependencias de la casa, que conserva la recámara del fundador de la Sociedad Salesiana, sus manuscritos, ornamentos, pertenencias y ambiente donde vivió y creó su importante labor pastoral.

Igualmente, visitó la tumba de Don Bosco, Domingo Savio y la Madre María Mazzarello, con la cual el fundador de la sociedad salesiana fundara, en 1872, las Hijas de María Auxiliadora. También, la capilla Pinnardi y la Iglesia de San Francisco de Sales.

Lantigua fue recibido por el padre Franco Assom, vicerrector de la Basílica de María Auxiliadora, quien orientó al visitante sobre los distintos espacios donde se desarrolló la obra misionera de San Juan Bosco en Valdocco.

El visitante quedó sorprendido por la cantidad de libros que escribiera Don Bosco, sobre diferentes temas, pero especialmente analizando aspectos de la cultura religiosa y la Biblia, ejemplares de los cuales les fueron mostrados, muchos de ellos con anotaciones del sacerdote italiano, nacido en Turín, en 1815 y fallecido en la misma ciudad el 31 de enero de 1888.

Durante su visita, el Ministro de Cultura fue recibido por el Rector Mayor de la Orden Salesiana, el P. Pascual Chávez Villanueva, noveno sucesor de Don Bosco, quien dirigía en ese entonces el encuentro de los más de 90 obispos y 2 cardenales pertenecientes a la Congregación Salesiana.

Días después de la visita del Ministro Lantigua, el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, Arzobispo de Santo Domingo, junto a unos 55 sacerdotes dominicanos, que se dirigían a participar en la clausura del Año Sacerdotal en Roma, ofició una misa solemne en la Basílica de María Auxiliadora, de Turín, frente a la tumba de Don Bosco.

“Ha sido una experiencia espiritual gratificante y hermosa, un verdadero sueño acariciado desde la juventud”, declaró el Ministro de Cultura al concluir su visita a la Casa Madre de los Salesianos en Turín.

“Los salesianos han realizado una obra pastoral extraordinaria en la República Dominicana, desde hace más de siete décadas, conforme el carisma de Don Bosco de servir a la formación de la juventud y educarla en valores, lo que convierte a esta orden religiosa en un verdadero patrimonio cultural y religioso de la nación dominicana”, declaró Lantigua a periodistas italianos.

Agregó que se siente parte de la orden salesiana, porque “en ella me formé y de muchos sacerdotes santos, de venerada memoria, algunos de ellos aún activos en mi país, recibí lecciones humanísticas y cristianas que son las que norman mi vida familiar y como hombre público”.

Lantigua agradeció las esmeradas atenciones que recibiera durante su visita al principal centro salesiano del mundo, adonde acuden personas provenientes de los más de 170 países donde actúan los sacerdotes de la Orden Salesiana.

El Ministro de Cultura dominicano forma parte del carisma salesiano, a cuya formación se debe, según ha declarado en varias ocasiones. En 1969, fundó en la ciudad de Moca, junto al Padre Juan Miguel Vicente y un grupo de jóvenes, el Centro Juvenil Don Bosco, existente aún 40 años después. Previamente, había realizado labores salesianas al servicio del entonces padre Fabio Mamerto Rivas, que luego sería obispo de la diócesis de Barahona, y el padre Ramón Alonso, hoy rector de la Universidad Católica de Santo Domingo.

Gracias – P. Vandor

Me llamo Arelys de la Mercedes Cruz, vivo en Esperanza, Cuba.

El 25 de agosto del 2005 se me realizó un trasplante de riñón. Después de 5 días, a causa de una parálisis hepática empieza el rechazo y con ello varias otras complicaciones: un trombo, con parálisis y la inmovilidad que generó escaras, alta presión, edema pulmonar: estaba en el umbral de la muerte. Los doctores y Dios me salieron de paso! Comenzaron las hemodiálisis, me atacó una bacteria en el torrente sanguíneo, me aislaron pasándome desde terapia intensiva a intermedia, y recíprocamente.

En este ambiente me visita el P. Guillermo García que me trae una estampa del P. Vandor y una oración. Desde aquel momento me sentí consolada espiritualmente y en su compañía.

Mi hermano, que no es creyente, pero que no me dejaba y sufría, me leía la oración y me decía: “pídele al viejito, mira que belleza. Dice: ¡Señor si tu lo quiere yo también!” y continuaba. “que ella pueda salir de aquí, aun cuando ha perdido el trasplante!. P. Guillermo me visitó varias veces y me administró la Unción de los enfermos.

El 25 de octubre lo cirujanos y nefrólogos deciden extraer el riñón trasplantado. Me hacen un ultrasonido y descubren que el riñón está funcionando. Inmediatamente me suministran los medicamentos del trasplante y con ellos inicia la mejoría. Dejo el hospital el 3 de noviembre del mismo año. Pesaba 95 libras.

Pasaron 5 años, peso el doble y no he tenido necesidad de ingreso por causas o secuelas que me puedan afectar.

Gracias P. Vandor.

P. VALENTIN VIGUERA, SDB Asistente General de la Orden de la Visitación, hermanas de clausura.

El año pasado estuvo por nuestras tierras caribeñas el P. Valentín Viguera, “asistente general” de las monjas de clausura de la Visitación fundadas hace 400 añs por San Francisco de Sales, Santo en el cual se inspira Don Bosco para fundar la Congregación Salesiana. Con relación a tal acontecimieto accedió a concedernos desde la casa Generalicia de Roma una entrevista para el Boletín Salesiano.

B.S.- Háblenos un poco de la Orden de la Visitación

Por lo pronto le diré que son monjas de clausura y que han celebrado este año los cuatrocientos años de fundación. Dicho esto, comprenderá que se parecen poco a los salesianos o a las salesianas, que somos de vida activa y que acabamos de celebrar 150 años de fundación.

Las visitandinas fueron fundadas por S. Francisco de Sales y Sta. Juana Francisca de Chantal, en Annecy (Francia). Francisco de Sales era de noble familia y obispo y la baronesa de Chantal era madre de cuatro hijos y viuda.

Esta Orden está establecida un poco en el mundo entero pero no se puede comparar a la familia salesiana con tantísimas casas y tantos religiosos y religiosas. No obstante hay 160 monasterios, 56 de los cuales en América y precisamente dos en la República Dominicana: La Enea en Higuey y Puerto Plata.

B.S.- Quién es el responsable de elegir al visitador de las Hermanas de la Visitación y por qué un salesiano?

Las monjas son autónomas y no tienen una superiora general ni depende de ninguna congragación masculina. Por eso la Santa Sede nombra un “asistente general” para que actúe como intermediario entre el Vaticano y la Orden así como entre los distintos monasterios de la Visitación. En los últimos 20 o 30 años han sido siempre padres Jesuitas. Por primera vez, en el año 2006, ha sido nombrado un salesiano.

B.S.- Por qué cree usted que fue elegido para ser el visitador de una orden de clausura?

La Santa Sede se dirige al Rector Mayor de los salesianos y es éste es el que propone una persona al Vaticano que lo nombra libremente. ¿por qué yo? No sabría responder. Es verdad que yo había escrito diversos libros sobre San Francisco de Sales, conozco bien sus obras y he sido confesor del monasterio de Sevilla en España. ¿Es esto suficiente? No soy el único. El Rector Mayor podría haber presentado otros nombres pero, sin hacer muchos análisis, digamos que esta ha sido la voluntad de Dios. Uno de los lemas propios de San Francisco de Sales es “nada pedir y nada rechazar”. Y puesto que yo no lo pedí, tampoco lo he rechazado: he visto en ello la voluntad de Dios, y eso es suficiente.

B.S.- Cuál es el trabajo que Ud. desempeña siendo visitador de las Hermanas?

El nombramiento dice “asistente”, es decir, no el superior, sino el que acompaña. Es el Padre que acompaña la vida de los distintos monasterios y de las Hermanas, que hace de lazo de trasmisión entre cada monasterio y el Vaticano, y viceversa. Esto no significa que los monasterios no tengan acceso directo al Vaticano, ni mucho menos. Yo les “asisto”. Visito los monasterios, presido las asambleas federales -19 en total- trato de ayudarles en la medida de mis posibilidades etc. Lo más importante es estar cercano.

B.S.- Cómo se siente usted realizando este servicio a la Iglesia?

En mi larga vida salesiana he servido siempre a la Iglesia, ya sea en el servicio propio de la Congregación, ya sea en servicios en estructuras diocesanas: he sido párroco, arcipreste, Vicario General, director espiritual de seminario diocesano, profesor de teología en centro interdiocesano etc. Lo importante es ser útil en el servicio que la Iglesia te pida. ¿Cómo me siento? Pues muy bien, muy a gusto, haciendo cada día lo que el Señor me pide. Uno se siente a gusto cuando hace lo que le gusta: pues ese es mi caso, me gusta servir a la Iglesia en lo que ella me pida.

B.S.- Cuáles son los retos más importantes que tiene que afrontar siendo encargado de visitar tanto monasterios a nivel mundial?

No muchos. Digamos que el primero es el idioma. En la mayoría de los casos no encuentro problema ya que puedo hablar directamente con 130 monasterios en su propia lengua. Me quedan unos 30 de idiomas bastantes dificiles en los que necesito traductor. En estos casos se resuelve la comunicación elemental de conferencias y encuentros comunitarios. Pero se pierde el diálogo personal, la intimidad, la comprensión de algunos problemas propios de la cultura etc.

Por lo demás, pocos o ningún problema: clima, horario, comidas etc. no cuentan. El resto, a pesar de las grandes diferencias culturales, es como un salesiano en cualquier parte del mundo: siempre se encuentra en su casa porque el modelo de vida salesiana sigue siendo Valdocco. Algo así ocurre en la visitación: se vive como en Annecy en tiempos de San Franciscio de Sales.

B.S.- Cómo están las vocaciones en la Orden de las Hermanas de la Visitación?

No es muy diferente a la situación de toda la Iglesia. En pocas palabras se pueden decir que el viejo continente europeo es cada día más viejo: muchas Hermanas mayores y muy pocas vocaciones. América, en general, representa hoy el punto medio de la Iglesia: hay vocaciones y algunos monasterios ayudan a otros más debilitados de Europa. Este año se ha fundado un monasterio en la República de El Salvador y otro en Colombia. Ha sido también Colombia quien ha fundado incluso en Corea. El futuro inmediato se encuentra en Africa y Oriente: muchas vocaciones, un deseo ardiente de consagrarse a Dios y de expandirse en esos vastos continentes. Ahora estamos estudiando nuevas fundaciones en Africa y extremo Oriente.

B.S.- Durante su visita a Las Antillas, ¿cuál fue su impresión con la visita a los monasterios que existen en nuetro país? ¿existen otros en Cuba y Puerto Rico?

Creo que fue en el año 78 cuando visité la obra salesiana de este País: prediqué ejercicios espirituales a salesianos, salesianas, cooperadores etc.. Cuando volví hace unos años, encontré bastante cambiado el país, más desarrollo, más bienestar etc.

Los monasterios son una delicia. Ni que decir tiene que nuestras Hermanas viven con dificultades económicas: los dos monasterios se están construyendo poco a poco y, para eso, hace falta mucha plata. Trabajan mucho y viven entregadas a la oración: ora et labora es el clásico lema de la vida monacal. Pero vivven con gran alegría su consagración a Dios y su vida contemplativa.

Por el momento no hay monasterios ni en Puerto Rico ni en Cuba. ¿los habrá algún día? ... ¿Y por qué no?... Dejemos que sea Dios quien lo decida, seguro que no se equivoca.

B.S.- Otras ideas que quiera comunicar acerca de su papel como visitador de las Hermanas

Dado que acabamos de celebrar el IV centenario de la fundación, le diré que ha sido un año de acción de gracias al Señor y un año de bendiciones. Externamente se ha celebrado una multitud de actos en casi todos los países: destacaría, por ejemplo, el de Annecy y el de Paris, éste último en la catedral de Notre Dame, llena de fieles, y bajo la presidencia del cardenal y diversos obispos. Pero así se ha celebrado en muchos lugares.

Una de las cosas más entrañables tal vez haya sido que, durante este año, las monjas de la visitación desarrollan su vida contemplativa en el minúsculo monasterio del Vaticano. También han vivido un año jubilar y, recientemente, han recibido una carta personal del papa Benedicto XVI.

Las Hermanas procuran estar al día a la hora de la comunicación. Hay en distintos países sitios y páginas Web que hablan de la vida de los monasterios, de la vocación, de los fundadores y, en definitiva, de los valores de una vida trascendente y de una llamada a la santidad hecha por Dios para todos los bautizados. De manera muy particular difunden la devoción al Corazón de Jesús. Durante el año las Hermanas han renovado su fidelidad a los santos Fundadores, han profundizado en el estudio de sus obras –y también han difundido sus libros- pero, sobre todo, han visto que han llegado nuevas vocaciones a sus monasterios. Es toda una experiencia de vida y de santidad.

Hasta que no se unen pensamiento y propósito, no hay logro inteligente

P. José Pastor Ramírez, sdb

Distinguidos lectores del Boletín Salesiano, ya arribamos a la cuarta entrega de la serie de artículos “una persona es lo que piensa”. En esta oportunidad les invito a considerar dos aspectos: “pensamiento y propósito”. Nuestra hipótesis es que hasta que una persona no logra “unir pensamiento y propósito, no hay logro inteligente”. Podremos ser productores de ideas estupendas, pero hasta que éstas no se materializan, no obtendremos los logros deseados que en último término buscan dar sentido a la propia vida.

El padre de la Logoterapia, Viktor Frankl, decía muy acertadamente: “en la sociedad del bienestar una buena parte de la población posee medios económicos, pero carece de medios vitales; tiene de qué vivir, pero su vida carece de un porqué, de un sentido, de un propósito”. Lo más honrado que podemos hacer las personas es buscar el sentido que da razón a nuestro vivir. No cerrar ninguna puerta. No desechar ninguna llamada. Estar abiertos a todo y a todos.

Cada persona ha de concebir un propósito legítimo en su corazón y lanzarse a realizarlo, hacer de tal propósito el punto central de su pensamiento. La formadora y asesora personal y de equipos Monika Gruhl en su libro: “El arte de rehacerse: la resiliencia” sostiene que las personas que saben unir pensamiento y propósito concentran su energía en imaginar los resultados deseados, en activar recursos, en obtener mejoras y avances. Acceden a nuevas perspectivas y amplían sus márgenes de actuación. Los problemas para ellos se convierten en tareas y retos.

Concentrar las fuerzas del pensamiento en el objetivo propuesto es fundamental. El Maestro de Nazaret, Jesús, en su preocupación por hacer realidad el proyecto del Padre, lanza a sus seguidores a construir su Reino. Invita continuamente a centrar el pensamiento en metas bien definidas, como por ejemplo: “Yo les digo a ustedes que me escuchan: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian” (Lc 6, 27-28), “vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura (Mc 16,15). A los doce les dio unas instrucciones muy precisas: “…diríjanse a las ovejas perdidas de la casa de Israel. …proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Curen enfermos, resuciten muertos, purifiquen leprosos, expulsen demonios. No procuren… alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón. …En la ciudad o pueblo que entren, infórmense de quién hay en él digno, y quédense allí hasta que salgan” (Mt 10, 5-11). Jesús mismo acepta la propuesta del Padre, la hace suya, se lanza a realizarla y siempre tiene este propósito como punto central de sus pensamientos.

Victor Frankl en su libro “El hombre en busca de sentido” sostiene que: “no hay nada en el mundo que capacite tanto a una persona para sobreponerse a las dificultades externas y a las limitaciones internas, como la conciencia de tener una tarea en la vida". Sin un propósito concreto, nada tiene sentido.

El sentido es con uno mismo y con los demás, éste a su vez genera un compromiso entre quien ejerce liderazgo y las personas que se ven involucradas con el propósito, lo que construye un sentido de propósito común entre las partes.

Las personas que unen pensamiento y propósito piensan de manera creativa, original y flexible, están en condiciones de asimilar mentalmente reveses y derrotas y cobrar nuevo impulso. Estas personas conocen los sentimientos de decepción, mal humor, enfado o desánimo; Sin embargo, no se quedan atrapadas interminablemente en tales sentimientos y en detalles desagradables. Se alientan a sí mismas, recobran el ímpetu y encuentran nuevos caminos.

Monika Gruhl asevera que “cuando uno es capaz y está dispuesto a pensar al menos en tres posibilidades, se le abre espacio para un sinnúmero de nuevos caminos. Con una sola posibilidad, nos encontramos en un aprieto; con dos, en el dilema de tener que decidirnos por una de ellas y, por ende, en contra de la otra. Sólo cuando existen tres o más alternativas, tenemos la sensación de estar llevando a cabo una auténtica elección.

En las personas que, por regla general, consiguen llevar a cumplimiento sus propósitos se pueden constatar determinados criterios a la hora de formular objetivos: no se hacen dependientes de los demás sino que formulan sus objetivos de tal manera que esté en su propia mano el alcanzarlos. Tienen claro cómo determinar si los objetivos, ya globales, ya parciales, han sido alcanzados. De ese modo, fijan su nivel de pretensiones y se procuran a sí mismas, por medio de pasos intermedios, realistas, vivencias de éxito. Formulan objetivos de aproximación, no de evitación. Tales personas dividen los objetivos abarcadores en pasos razonables y realizables, y se fijan plazos determinados para llevarlos a cabo. No pierden de vista sus metas fundamentales. Pero, por lo que respecta a los caminos que allá conducen, son creativas y flexibles.

Aquellos que no tienen un propósito central en su vida son presa fácil de las preocupaciones tontas, los miedos, los problemas, y la autocompasión, todos ellos indicadores de debilidad, que conducen, con la misma seguridad que las maldades planteadas, al fracaso, la infelicidad y la pérdida, pues la debilidad a este nivel no puede subsistir en un universo que evoluciona y es poderoso.

Sin desafíos, sin retos por los qué luchar, la vida no tiene atractivo ni interés. No hay cosa que más debilite y atormente al ser humano que carecer de metas estimulantes y tenerlo fácil. Es fundamental vivir con una dirección, tener una misión o un ideal por el qué luchar y creer en ese ideal.

Hay que transformar el pensamiento en acción, en meta alcanzada. Lo que pensamos, lo que sabemos o lo que creemos, a fin de cuentas, no tiene grandes consecuencias. La única consecuencia es lo que hacemos. Jesús no sólo pensó en el Reino del Padre sino que pasó a la acción e hizo presente en su persona el Reino. Don Bosco no sólo pensó el proyecto de la Sociedad Salesiana, sino que lo comunicó a un grupo de jóvenes y con ellos entró en acción. De igual modo, el Beato Miguel Rua cuando recibió la Sociedad Salesiana, como primer sucesor de Don Bosco, se puso en acción. El Papa Paulo VI así definió el nuevo Beato: “Hizo del ejemplo del Santo (Don Bosco) una escuela, de su obra personal, una institución extendida, puede decirse, por toda la Tierra; de su vida una historia, de su regla un espíritu, de su santidad un tipo, un modelo; ha hecho de la fuente una corriente, un río”.

Lo que diferencia a los ganadores de los perdedores más que cualquier otra cosa es que los ganadores pasan del pensamiento a la acción. Sencillamente se ponen en marcha y hacen lo que haya que hacer. “Si tu barco no llega, sal nadando en su busca”. La Parábola de los talentos de Mateo 25,14-18 expresa muy bien la idea: “…un hombre que, al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad. Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco. Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor”. Algunas personas se pasan toda la vida esperando la ocasión ideal para hacer algo. Raramente aparece la ocasión “ideal” para hacer algo. Lo importante es ponerse en marcha, entrar en juego, saltar al campo.

El escritor y psicólogo Norteamericano, J. Canfield en su libro “Los principios del Éxito” dice: Es hora de dejar de esperar: la perfección, la inspiración, tener permiso, que nos den la conformidad, que alguien cambie, que aparezca la persona ideal, que los hijos se vayan de casa, ser ascendido en el trabajo, que cambie el Gobierno, que me cambien de comunidad, que desaparezcan los peligros, que alguien te descubra, tener instrucciones claras, tener autoestima más alta, que el dolor desaparezca. ¡Enfréntate a ello!